Mucha gente se cree que con solo arreglar “un poco” su vida esta va a encontrar una línea de continuación automática, cuando en realidad la calidad de vida y la estabilidad emocional y personal se consiguen con el esfuerzo permanente.
Aquí hay dos conceptos que se interpretan según gustos y apetencias, “esfuerzo” y “permanente”.
ESFUERZO. De este mucha gente hace sencillamente astillas para la lumbre, o incluso, directamente no hacen nada, para no hacer ningún esfuerzo. Os suena lo de la “cultura del esfuerzo”. Bueno, sino os suena no es importante. Existe también una cultura del “no esfuerzo”. Esta se viene desarrollando en nuestro país desde hace años como compensación al esfuerzo obligado por las circunstancias que tuvieron que hacer las generaciones precedentes, sobre todo las de posguerra, donde por otro lado no había una cultura del ocio, como ahora.
En muchos grupos sociales está mal visto el esfuerzo. Es más, me atrevo a afirmar que está mal visto en ciertas familias, donde se denomina al que se esfuerza como “pringao”.
Y claro, la vida de tanto en tanto pide que te esfuerces, que dediques algo más de energía de lo habitual. Y muchos lo hacen, casi todos. Todos dedican la energía necesaria a conseguir lo que quieren esforzándose lo necesario. La diferencia está en que unos dedican esa energía a conseguir objetivos valiosos para su vida y su futuro, y otros dedican esa energía a darse placer y se esfuerzan lo imposible en evitar el esfuerzo de conseguir los objetivos valiosos para sus vida.
En resumen, que se esfuerzan tanto o más aquellos que evitando tener que esforzarse dedican todo su empeño en burlar el esfuerzo genuino y positivo de quienes consiguen objetivos validos y productivos.
PERMANENTE. Ufff! Cuanto es eso. Da agobio solo de pensarlo. Pero si lo piensas bien es lo que haces desde que naciste. Respiras permanentemente, comes, duermes, vives, te comunicas y lo hacer desde siempre. Y lo seguirás haciendo. ¿Por qué, a muchas personas les cuesta mantener un comportamiento o actitud en el tiempo? Bien, la respuesta no es sencilla y es motivo de estudio personal. Cada uno es un caso diferente. Lo que es irremediable es que cualquier elemento positivo de nuestro comportamiento, creencia o valor no nos será útil si no lo incorporamos a nosotros de forma permanente. De nada sirve si solo hacemos lo correcto y lo positivo cada mucho tiempo o con escasa frecuencia.
