martes, 30 de septiembre de 2008

El objetivo de vida: Ese gran desconocido.


Todos los seres humanos, todos, absolutamente todos, tenemos un objetivo de vida. Aunque lo desconozcamos.


El básico y estándar objetivo de vida que tiene la raza humana es el que llevamos impreso en nuestros génes y que nos hace sobrevivir. Por decirlo así es la programación mínima con la que nacemos y que sin que nosotros lo sepamos, nos hace buscar la vida y pelear por ella, si bien con nuestras armas de recién nacido: el llanto, el sueño, la búsqueda del pezón materno, etc.


No es hasta nuestra adolescencia cuando nos acomete la necesidad de saber que rumbo tomar y que hacer con nuestro propio “yo” (aquí incluyo el “yo” físico y el “yo” espiritual ).


Y es a partir de este momento cuando empezamos a gestionar con nuestros recursos y habilidades que destino queremos forjarnos.


Desafortunadamente la mayoría de los jóvenes no reciben ninguna enseñanza de como gestionar las opciones que se nos van a presentar en la vida, ni la de estudiar y calibrar las diferentes posibilidades que de tanto en tanto aparecen en nuestro itinerario, y mucho menos la de acometer con garantías de éxito el camino elegido.


En sucesivos artículos iré desentrañando la situación de los diferentes momentos por los que pasamos en nuestras vidas y que tienen que ver con la proposición, elección y realización de nuestro objetivo de vida.




martes, 16 de septiembre de 2008

La vuelta de las vacaciones

Sobre la vuelta de las vacaciones se ha escrito mucho y casi siempre referido al tan temido "síndrome post-vacacional". Curiosamente casi nunca se habla o se incide en el efecto beneficioso que esta época de descanso y desconexión nos aporta. Parece que las vacaciones solo nos traen efectos negativos. Sugiero, al que le pase esto realmente, que no se tome vacaciones.

¿Que es duro volver al trabajo, al colegio, a los quehaceres diarios? Si, pero menos.

Pensemos que, salvo excepciones y complicaciones no esperadas, la mayoría estará en mejores condiciones físicas y mentales que cuando cogió las vacaciones. ¿Que nos empuja a despreciar esto? Volver a la rutina diaria no es necesariamente volver a la fatiga diaria. Si valoramos positivamente y con ilusión la nueva etapa, el efecto de "pilas cargadas" que tenemos nos durará bastante, a veces, incluso hasta el siguiente periodo vacacional.