martes, 30 de diciembre de 2008

Momentos luminosos (I)


Aunque el título de este artículo pudiera parecer el eslogan de una campaña de publicidad, no pretende sino hacer mención de esos escasos brotes de iluminación que todos sentimos de vez en cuando.


Habitualmente, y de manera rutinaria, el quehacer de nuestras vidas está ya prefijado. Ya sea por influencia de otros o por nuestra propia voluntad, la rutina diaria en la que la inmensa mayoría de las personas nos movemos, componen el personaje que diariamente, un día tras otro, representamos dentro de nuestros ámbitos sociales.


Este papel que “nos ha sido asignado” lo representamos tan bien que incluso cuando nos encontramos solos seguimos manteniendo, como si temieramos que nos pudieran estar viendo.


Este personaje nos sirve para acomodarnos a la “representación” que es la vida y la sociedad, y dificilmente vamos a dejarlo pues nos proporciona protección y aceptación.


Las sociedades, para su funcionamiento, necesitan personas que encajen y aunen esfuerzos. Los marginados o automarginados, los que son muy diferentes, los que no encuentran acomodo social no sirven para el esfuerzo común. Desde muy pequeños se nos enseña esto y durante el aprendizaje de vida hasta la madurez, buscamos nuestra posición en la sociedad, lo que se concreta buscando un hueco en la familia, el trabajo, los amigos, las asociaciones, la población, etc... algunos con mayor amplitud que otros. Pero al fin en cuentas, casi todos (siempre hay excepciones).


Esto en si ni es bueno ni es malo, forma parte del carácter social del hombre.


El problema se da cuando el papel “social” que representamos se pone por encima de la persona, dejando esta de ser quien realmente es para ser el “personaje” que representa. Llegado a este punto se pueden dar dos circunstancias:



  1. Que la persona se de cuenta de que está representando un papel

  2. Que no se de cuenta y que abunde en su representación


En el segundo caso el escenario que se suele presentar es el de los trastornos de personalidad con lo que se entra de lleno en el campo de la enfermedad psíquica.


El primer caso es tán abundante que se podría decir, sin exagerar, que le ocurre a todo el mundo alguna vez en la vida, sobre todo durante la adolescencia, y en fases posteriores.


Volviendo al título del artículo, es precisamente en esos “momentos luminosos” cuando nos preguntamos por nosotros mismos, y somo capaces de diferenciar la persona que somos del papel que representamos.


Casualmente (pero no tan casual) es momentos se suelen producir en épocas del año en la cual se cambia la rutina diaria de “trabajo-descanso-trabajo-descanso” y así sucesivamente. Estas épocas son normalmente dos, la etapa vacacional y las navidades.


Es a partir de estas fechas en la que se dan más separaciones de pareja, cambios de trabajo, comienzo de actividades nuevas, visitas a coachs y psicólogos, y todo aquello que tenga relación con el cambio en las personas.


Pero ¿Por que? Bueno, esto ya da para otro artículo.


viernes, 19 de diciembre de 2008

Cambiarse




QuotesCambiarse es aceptar cambiar la percepción que tenemos del mundo,
de nosotros mismos y de los otros.



Annie Marquier