martes, 3 de marzo de 2009

La desmotivación endógena


La desmotivación puede surgir desde dos puntos diferentes:

  • Desde el entorno que nos rodea que llamaríamos desmotivación externa o exógena
  • Desde nosotros mismos, que llamaríamos interna o endógena.


Me interesa especialmente la desmotivación endógena por ser la que habitualmente se detecta menos y suele tener un desarrollo más prolongado y profundo en la vida de las personas.

Antes de continuar creo que es necesario describirla y reconocerla.

Se podría resumir diciendo que es la “perdida de la motivación” -aunque esto nos podría hacer creer que la motivación es algo como una “cosa” que se puede dejar olvidada en un taxi, o encima del piano.

Para ser un poco más específicos podríamos declarar que la motivación se obtiene con cierto esfuerzo y que su mayor o menor cantidad, no se puede medir en unidades. Su efecto contrario, sería la desmotivación, si bien no en un sentido aritmético ( desmotivación = motivación * -1 ) , si en un sentido de magnitudes térmicas ( tomando como base la física térmica, el frió es la ausencia de calor, pues en nuestro caso la desmotivación es la ausencia de motivación ).

Con esta primera base podemos definir que la desmotivación interna o endógena es la falta de motivación originada por nosotros mismos.

Vaya, con esta proposición nos queda preguntar ¿Para que hace alguien semejante cosa? La respuesta raramente se respondería en sentido positivo, aunque el conocer la respuesta en este caso no nos lleve demasiado lejos.

Propongo entonces otra pregunta ¿Por que hace alguien semejante cosa? Bien, esto nos sumerge en el profundo mar de las interioridad de la persona y puede ser labor de años descubrir esas causas y poder llegar a poner remedio.

Llegados a este punto se me ocurre una tercer pregunta ¿Como hace alguien semejante cosa? La respuesta a esta pregunta nos lleva directamente a la actividad desmotivadora, y nos permite identificar las pautas y modelos que llevan a esa persona a “boicotear” y desgastar su motivación.

Este punto es vital para que el comportamiento y las creencias desgastantes sean analizados, y como si de unas simples bacterias hablásemos, fueran eliminados por causa de una oportuna vacuna que las haga desparecer para que la motivación no se vea mermada.

La desmotivación tiene elementos comunes en todas las personas. Pueden originarse como resultado de un comportamiento (el hábito de comer mucha cantidad provoca en la persona con sobrepeso la desmotivación respecto a tener mejor salud y mejor figura corporal), o como resultado de una creencia (“como a mi no me sale nada bien, no voy tampoco a poder con este asunto” lo que provoca la desmotivación por hacer eso bien, y en último termino incluso por hacerlo). En algunas ocasiones son las emociones las que provocan el boicot (“me produce pánico pensar que si tengo que conducir, pueda causar un accidente”, lo que origina la imposibilidad de sacarse el carnet de conducir, o si ya lo tuviera, de conducir un vehículo).

Para la resolución de este problema de desmotivación endógena se necesita:

  1. Identificar los elementos boicoteadores
  2. Analizarlos, y, .... o bien eliminarlos, o bien sustituirlos por elementos motivadores

Este proceso, que aquí se resume de forma tan sencilla, es mucho más laborioso en la vida real. Pero con la técnica del coaching, trabajando comportamientos, emociones y creencias, es como mejor se puede combatir la desmotivación endogena.