viernes, 9 de enero de 2009

Momentos luminosos (y II)


¿Cuantas veces durante el año nos ponemos delante de nuestro YO? ¿Que hacemos en esos momentos?


Esas pocas veces que durante un año somos capaces de reconocernos, de revisarnos sin filtros ni caretas, de vernos contrastados contra el fondo de nuestro entorno, esos momentos que llamamos “Momentos luminosos”, la mayoría de las veces, en un arrebato de auto-sinceridad, sin engaños ni otros compromisos, nos preguntamos por nuestra deriva vital, nuestra trayectoria en este mundo.


Es en esas veces en las que nos damos cuenta que generalmente no somos capaces de contestarnos. Así mismo nos damos cuenta que no tenemos, eso que ahora esta de moda de, una “hoja de ruta”.


¡Uhhhmmm! Se preguntará el lector... ¿Eso se puede tener? ¿Es necesario?


Empezare contestando por la segunda cuestión. No es necesario para vivir. Punto. La gran mayoría de las personas que componen eso que se llama “la humanidad” no tienen, ni tendrán una “hoja de ruta”.


Digamos que estamos hablando de algo que pudiera ser calificado en ciertos lugares de un “lujo innecesario”, sobre todo si no sabe si ese día podrás comer, o si tu vida corre serio peligro. Bueno, pero eso se da en otras circunstancias.


Para los componentes de las sociedades del primer mundo, sin llegar a ser completamente necesario, cada día que pasa se puede apreciar, que es un valor más y más importante. ¿Que persona que quiera llegar a hacer con su vida algo importante no se plantea una estrategia, o por lo menos, una dirección a la que dirigirse? ¿Como sino se pueden conseguir los objetivos deseados, sino es con algún tipo de orientación?.


Ahora voy a por la primera cuestión. Claro que se puede tener. De alguna manera, en otros tiempos esto es daba de varias formas:



  • Un padre o madre que dejaba un negocio en marcha a sus hijos

  • Un saga de profesionales (padres notarios-hijos notarios, padres médicos-hijos médicos)

  • Vocaciones impuestas por los padres (religiosos, militares, intelectuales, etc.)

  • Vocaciones sobrevenidas en época juvenil

  • Sueños de juventud (viajar por el mundo, tener muchos hijos, ser dueño de un negocio)


En resumen, se hacía de manera semi consciente. Me explico. El sujeto planeaba (o le planeaban) la vida en pro de un objetivo, pero no se procedía al estudio y aplicación sistemática y abierta de una estrategia (exceptuando en casos muy concretos), como ahora se hace.


Y ¿Como se hace ahora?


Ahora, en muchos casos, las personas, aun conociendo sus objetivos, cuentan con profesionales que les asisten en su camino y trayectoria vital. Es es debido a que las sociedades, las relaciones humanas, las circunstancias del mundo moderno, son más diversas y más complejas.


Por ejemplo, antes el que quería ser militar se apuntaba al ejercito y a recorrer el escalafón con esfuerzo y paciencia. Ahora se necesitan además conocimientos técnicos, idiomas, diplomacia y en no pocos casos psicología y PNL (Programación Neurolingüistica).


Pero sobre todo el hombre/mujer de hoy en día no busca solo el objetivo tangible de posicionarse laboralmente en la sociedad; también busca tener una vida equilibrada entre los laboral y los personal, compartirla con la o las personas que más se ajusten a ese ideal de vida, ser razonablemente feliz, disfrutar de los frutos de su esfuerzo, en resumen, tener una vida satisfactoria y sobre todo, y por encima de lo demás, QUE TENGA SENTIDO.


Todo ello provoca que las propias capacidades, de los valores y creencias que cada persona atesora, deba ser ajustado para conseguir el objetivo deseado, y eso, mal que nos pese, es muy, pero que muy difícil hacerlo como se suele decir “a pelo”. Es necesario hacerlo con ayuda de un profesional. En unos casos si el objetivo es muy, digamos, técnico, lo más aconsejable será la asistencia de un mentor (persona que supervisa, y en algunos caso forma, la progresión profesional o académica de un pupilo).


Para el resto de objetivos no tan técnicos, la asistencia más adecuada será la de un Coach Personal, ya sea orientando el proceso de Coaching más hacía la carrera profesional, ya hacía la vida privada.


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